viernes, 13 de mayo de 2016

INTERPRETACIÓN DE UN ANÁLISIS DE SANGRE

Paciente 5: hombre.
Alteraciones:
Leucocitos altos
Neutrófilos altos
Linfcitos altos
Monocitos altos
Velocidad de sedimentación baja
Urea baja
Bilirrubina alta
Transaminasas altas

A partir de estos datos, podemos deducir varias cosas por separado e incluso llegar a conclusiones más generales.

Por separado, deducimos lo siguiente:
· Tener los neutrófilos altos, puede signficar que: se padece una infección bacteriana, una enfermedad inflamatoria o una enfermedad paraneoplásica, o que se ha practicado ejercicio violento.
· Tener los linfocitos altos, puede significar que: es por causas inflamatorias o inmunes, o que se padecen neoplasias o mononucleosis.
· Tener los monocitos altos puede significar que: se dan procesos inflamatorios o procesos inmunes, o que se padecen infecciones (como la mononucleosis) o leucemia.
· Tener los leucocitos altos puede significar que: se padecen infecciones crónicas o agudas.
· Tener la velocidad de sedimentación y la urea bajas es señal de que se padece una infección.
· Tener las transaminasas y la bilirrubina altas es señal de que se padece una enfermedad hepática.

En general, si ponemos en común toda la información que hemos deducido por separado, podemos deducir que:
· Leucocitos, monocitos, linfocitos y neutrófilos altos, y v.d.s y urea bajas, apuntan a que el paciente tiene una infección.
· La bilirrubina y las transaminasas altas, nos indican que dicho paciente sufre una enfermedad hepática.

El paciente tiene una infección o inflamación del hígado, y, aunque a partir de los datos que tenemos no podemos decir qué enfermedad exacta padece, podríamos afirmar casi con seguridad que es una hepatitis, una insuficiencia hepática o una cirrosis.

Etiología de la enfermedad:
Puede darse como una condición heredada o puede ser provocada por los múltiples factores que desencadenan una enfermedad hepática tal como una infección viral. En ocasiones son virus o bacterias las que inflaman el hígado. Otras veces se debe a una mala alimentación, excesivas grasas, alcohol, demasiada comida industrial… tomar muchos medicamentos puede provocar también que suframos una hepatomegalia.

Síntomas de la enfermedad:
Actualmente se conocen cientos de enfermedades hepáticas y los síntomas pueden variar dependiendo de si un paciente tiene hepatitis, enfermedad hepática alcohólica o cirrosis por ejemplo.
Además, los síntomas no son siempre obvios en la fase inicial de la enfermedad. Los síntomas pueden ser leves y no específicos por ejemplo una pérdida del apetito, fatiga, malestar general, náusea y el vómito o pérdida de peso. Tales síntomas se pueden pasar por alto fácilmente en un paciente con enfermedad en fase inicial.
A medida que progresa la enfermedad, sin embargo, algunas de las características clínicas que pueden manifestarse incluyen:
· Dolor en el abdomen superior derecho
El dolor o el malestar se pueden sentirse en el lado derecho superior del abdomen donde se sitúa el hígado. El dolor puede ser causado por el hígado que aumenta de tamaño debido a la acumulación de grasa, una inflamación aguda, o a cualquier daño que pueda desplegar y estirar la membrana sensible que reviste el hígado.
· Hepatomegalia
Esta enfermedad hepática puede perturbar el flujo sanguíneo en el hígado o hacer que los generar tumores (benignos o malos), que se suman a la masa del hígado. Algunas de las causas más comunes de la hepatomegalia son el cáncer en metástasis, la enfermedad del hígado graso y la cirrosis.
· Ictericia
La Ictericia se reconocer por la coloración amarilla de la piel, los ojos y de las uñas. Esto es debido a que el hígado dañado no puede procesar adecuadamente la bilirrubina, el residuo que se produce cuando se descomponen antiguos glóbulos rojos. Un exceso de bilirrubina acumulada en la sangre y en la piel, causan la coloración amarillenta.
· Síntomas de la cirrosis
En las primeras etapas de la cirrosis, los síntomas pueden ser genéricos y leves. Los pacientes pueden por lo tanto pasar por alto síntomas y atribuirlos a otras condiciones.
El término cirrosis se refiere a la cicatrización (fibrosis) de una parte del tejido dónde han muerto hepatocitos debido al daño hepático crónico. Esto puede haberse producido debido a un exceso del consumo de alcohol, a la hepatitis viral o a otros factores que lleven a la toxicidad del hígado.
La fibrosis del hígado está caracterizada por la presencia de tumores o de nódulos irregulares dónde antes había el tejido liso del hígado. Estos marcan el tejido con una cicatriz que lleva al endurecimiento del tejido del hígado que previene el riego sanguíneo al hígado y afecta su funcionamiento.
Mientras que la cirrosis se desarrolla gradualmente y a menudo sin síntomas obvios, la condición puede pasar desapercibida hasta que el daño sea grave y probablemente lleve a la insuficiencia hepática.
Algunos de los síntomas de la cirrosis del hígado se describen a continuación:
   - El Picor
    También llamado prurito, éste puede ser causado por una substancia química en la bilis que se acumula en la circulación sanguínea (ictericia). Aunque el prurito sea un síntoma común, no siempre se presenta. Cuando ocurre este síntoma, puede ser inquietante e incluso debilitante, causando un picor intenso por toda la superficie de la piel.
   - Hematomas
    El Daño hepático puede prevenir la producción de las proteínas requeridas para la coagulación de la sangre, lo que puede llevar a una tendencia creciente a magullarse o a la aparición de hematomas.
   -  Desequilibrios hormonales
    Un hígado dañado tiene puede tener dificultades en regular la producción y la descomposición de hormonas. En los varones, esto puede llevar a un aumento de los pechos (gynecomastia) y al encogimiento de los testículos, mientras que en las mujeres el ciclo menstrual puede verse afectado.
   - Angiomas aracniforme
    Los angiomas de aracniformes son pequeños capilares que son visibles apenas por debajo la superficie de la piel en forma de araña. Éstos se producen cuando aumenta el nivel del estrógeno de una persona. Esto puede ocurrir si el hígado no puede metabolizar adecuadamente la hormona. Aproximadamente el 33% de las personas con cirrosis desarrollan angiomas aracniformes.
   - Encefalopatía
     La encefalopatía hepática se refiere a una disminución de la función del cerebro que ocurre como consecuencia de las substancias tóxicas que se han acumulado en el cerebro porque el hígado no puede eliminarlas de forma más efectiva.
     Los estudios han relacionado algunas sustancias con las causa de la encefalopatía hepática. Entre ellos están el amoniaco, los ácidos grasos sueltos y los falsos neurotransmisores.
    Esta complicación de la cirrosis puede provocar síntomas tales como la confusión, pérdida de la memoria a corto plazo e incluso pérdida de la conciencia.
   - Ascitis
    La Ascitis se refiere a la retención del edema o del líquido que se produce a causa del pobre funcionamiento del riñón durante cirrosis. Una disminución de la función renal conlleva la retención del sodio y del agua.
   - Hipertensión portal
    Cuando la cirrosis ha llevado a una cicatrización severa del hígado, se previene el riego sanguíneo al hígado. Esto causa un aumento de la presión a medida que la sangre irá a acumularse en la vena que suministra al hígado. Esta se llama la vena porta y la presión creciente se denomina hipertensión portal.
    A medida que la presión aumenta, la sangre comienza a circular por venas alternativas que están en el esófago y en el estómago. A estas venas se les llaman varices, y sus paredes son frágiles y propensas al ruptura. Una hemorragia en una de estas venas provoca una hemorragia interna que se percibe como principalmente como una hematemesis (vómito de sangre) o una melena (deposición negra).
    La ruptura de las varices es una complicación muy grave de la cirrosis que pone que peligra la vida del paciente y quiere atención médica urgente.

Posible tratamiento:
El tratamiento para la cirrosis del hígado depende de la extensión y causa del daño hepático. Los especialistas aplican las siguientes terapias para la cirrosis hepática en etapa inicial:
· Cambios en el estilo de vida. Perder peso y recibir tratamiento para el alcoholismo puede evitar más daños en el hígado.
· Medicamentos. Se podrían recetar fármacos para hacer más lento el avance de ciertos tipos de cirrosis hepática. Otros medicamentos alivian los síntomas de comezón, cansancio y dolor. Además, se podrían recetar vitaminas para contrarrestar deficiencias nutricionales y prevenir la osteoporosis (debilitamiento de los huesos).
Tratamiento de las complicaciones de la cirrosis
· Infecciones. Se podrían recetar antibióticos para prevenir o tratar infecciones derivadas del mal funcionamiento hepático.
· Hipertensión portal. La cirrosis puede aumentar la presión sanguínea en la vena porta (vena principal que transporta sangre al hígado), lo que conduce a problemas de retención de líquido y sangrado venoso en el estómago y esófago. Los especialistas pueden colocar endoprótesis vasculares (pequeños dispositivos cilíndricos o "stents") en las venas para disminuir la presión sanguínea en el hígado.
· Encefalopatía hepática. Se pueden recetar medicamentos para disminuir la acumulación de toxinas en la sangre por el mal funcionamiento del hígado.
· Obstrucción de las vías biliares. Los especialistas utilizan un endoscopio (sonda pequeña y flexible que contiene una cámara) para estirar las vías biliares fibrosas, extraer cálculos biliares y mejorar el flujo de la bilis.
· Detección de cáncer. El riesgo para cáncer de hígado puede aumentar con la cirrosis. Si usted padece cirrosis del hígado, deberá someterse a revisiones periódicas para cáncer.
· Insuficiencia hepática. En los casos avanzados de cirrosis, la única alternativa podría ser un trasplante de hígado.